El sistema industrial de alimentos es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Las prácticas de agricultura industrial, como las Operaciones Concentradas de Alimentación Animal (CAFO por sus siglas en inglés), los monocultivos a gran escala, el uso excesivo y el abuso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, el transporte en base a combustibles fósiles y el almacenamiento intensivo, todas generan cantidades significativas de gases de efecto invernadero, por no hablar de sustentar un sistema alimentario inequitativo y poco saludable.
Por el contrario, la agricultura ecológica regenerativa de pequeña escala no sólo emite menos gases de efecto invernadero que la agricultura industrial, incluyendo significativamente menos óxido nitroso y metano, sino que también tiene el potencial para contrarrestar el cambio climático mediante la captura exitosa del dióxido de carbono. Es importante destacar que, de acuerdo con el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, los pequeños productores son la clave para duplicar la producción de alimentos, mitigando a su vez el cambio climático y la pobreza rural. De hecho, estudios recientes de GRAIN demuestran que los pequeños productores ya alimentan la mayor parte del mundo con menos de una cuarta parte de todas las tierras agrícolas. El informe del Rodale Institute “Agricultura Regenerativa y Cambio Climático”, establece que los pequeños productores y pastores podían secuestrar más de 100% de las emisiones actuales de CO2 anuales con la implementación de prácticas agroecológicas ampliamente disponibles, seguras y de bajo costo.
Sin embargo, los pequeños productores se ven afectados de manera negativa por la peor parte de los efectos del cambio climático, que amenazan sus comunidades y bienestar. El Sur Global, a pesar de emitir sólo una fracción de todos los gases de efecto invernadero, sufre de manera desproporcionada los efectos del cambio climático, lo que provoca una cantidad cada vez mayor de refugiados ambientales, el hambre generalizada y la injusticia económica. Durante demasiado tiempo, sólo aquellos que han sido responsables de generar el cambio climático han tenido un lugar en la mesa de la toma de decisiones políticas; es tiempo de garantizar que aquellos que son más afectados y tienen el mayor potencial de crear soluciones sean escuchados.
Si bien es fundamental seguir apoyando los esfuerzos para desarrollar una estrategia sensata y de largo plazo para las energías renovables, tanto en el gobierno como en el mercado, es igualmente importante hacer frente a uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero y creador de una de las áreas más injustas de la economía mundial: el sistema de agricultura industrial. Abordar el cambio climático en el sistema agrícola y alimenticio no sólo puede hacer frente a la difícil tarea que tiene la agricultura de disminuir la generación de gases de efecto invernadero, sino también producir más alimentos con menos combustibles fósiles, construyendo a su vez un sistema alimentario justo y soberano. Nuestras comunidades, nuestra economía y nuestras familias exigen una acción inmediata.
Las organizaciones abajo firmantes apoyan el llamado a:
Fuente: http://www.october16.org/spanish-translation/